lunes, 30 de junio de 2014

Diana

Todas las historias que se acostumbran a leer sobre el amor juvenil, o el de la etapa de un joven-adulto de las personas son lo mismo cuando lo describe los sujetos que lo viven, pero pocas veces se ponen a contarlo como si fuesen espectadores. Eso lo hace ver diferente.

No recuerdo el día exacto en que la conocí, tampoco recuerdo como vestía ese día o como se había peinado, no era alguien importante en ese momento, yo solo tenía ojos para mí. Asistíamos juntos al 3er semestre en el bachilleres 6, mismo grupo y capacitación, las pocas imágenes de ese semestre que no lejano, si distante de mi realidad se centraban en mis placeres.

Cierto momento ella capto mi atención, que hizo no lo sé, solo recuerdo la primer vista de ella en laboratorio de química con un grupo de personas a cuales ella opaco. Sonrisa extraña, no era dirigida a mí pero me cautivo en ese momento, trampa mortal si lo quieren llamar así porque ha pasado tanto tiempo desde ese suceso y sigo encantado por ella. Desplazo a una mujer que me encantaba, lo hizo lentamente, no aviso, solo se metió su rostro en algún hueco de mi corazón y como una brindadora de vida empezó a dejar una nueva primavera en mi alma que no tiene fin.

Lo que le sigue a ese momento solo fue el típico acercamiento de alguien a otra persona para saber si tenía una oportunidad o no, resumido solo fueron algunos momentos graciosos de mis pocas habilidades como pretendiente y dos amigos cómplices de esos momentos.

La inseguridad se reflejó con el invierno de aquel año, la extrañaba, pero no solamente a ella, ya que no era la única que me ocupaba la mente porque "manzanita" (chica anterior a ella) aun aparecía en mi probable destino de esas fechas. Fue difícil pero tomaba un lugar importante aun siendo muy desconocida por mí.

Ella empezó a tomar forma en las noches, no en sueños eróticos, tampoco en sueños donde estábamos tomados de la mano, solo aparecía su imagen haciéndome alegres las noches, sin embargo despierto "manzanita" me hacía cuestionarme ya que ella representaba el deseo, la tentación, mientras que ella era sentimientos con un ligero toque de paciencia que no conocía.

Las desveladas se convertían en discusiones extensas entre si una o la otra, eran distintas pero me atraían de igual forma.

Mentiría si escribiese aquí que elegir a una de ellas fue difícil, no solo lo deje a mis intereses, sé que no tiene sentido pero así fue, solo puse en balanza lo que "ofrecerían" cualquiera de ellas a mi persona y así la escogí. Me equivoque en lo que espere de ella, por mucho, no tarde en darme cuenta que la quería demasiado, fue muy rápido, la forma en que ella me dejo fuera de combate, no planeaba enamorarme, no quería. Pero sus besos eran más que el aire, sus abrazos eran más que las tristezas que me pesaban en la espalda, sus abrazos me mantenían con firmeza. Me dejo volar sin separar los pies de la tierra, pero sin aviso me quito la tierra y yo caí.

Su ausencia me mataba, mi casa y trabajo se volvió un callejón sin salida, estaba desesperado por dentro, no me había sentido tan solo, busque huir de mí negando lo que sentía con la razón, me mentía, trataba de llenar mi soledad con caprichos.

Solo aceptaba extrañarla en los días, en las noches solo la amaba y la hacía volver a mí con la imagen perfecta de su cuerpo, pero me volví tan cobarde que solo la perseguía en los sueños para después solo verla en la realidad, en aquella intimidad que formaba la distancia conmigo.

Me avergüenzo de mis acciones, de lo que me volví, pero gracias a esa vergüenza me di cuenta de que la amo, como decírselo es lo difícil, ese sentimiento hacia ella me hace tomar la fuerza para acércame, pero es empezar de nuevo, es volver a conocerla, es demostrarle que puedo ser lo mejor para ella, que la puedo hacer feliz.

No, aquí no hay final feliz, tampoco es triste, eso que llaman borrón y cuenta nueva lo aplico. Solo quiero estar con ella, que sepa que me tiene, no pido más.

Si se lo preguntan no estoy aferrada a ella, porque así como llego sé que puede estar otra persona en cualquier momento, el detalle está en que no ha estado alguien capaz de hacerme sentir como ella, que me haga tartamudear, estremecer, sonreír, llorar sin que haga nada ella por querer obtener estos sentimientos por mi parte, ella solo los obtuvo sin nada a cambio, y nadie lo ha replicado hasta ahora.

Su nombre es Diana y al final queda decir que se equivocó al cazar y me hirió el corazón haciéndolo suyo.



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