Hola Madre:
Sabes está carta es solo lo qué
te quiero decir, olvidémonos del típico ¡Feliz Día Mamá!, o del ¡Felicidades!
Qué ya a estas fechas son absurdos porque no siempre se dicen de corazón, se
dicen más bien por el compromiso social de la fecha. ¿Sabes? Si esta fuese la
verdadera intención de la carta, créeme qué la sabría maquillar muy bonito,
cosa qué se aprende en la escuela con la mayoría de las cursilerías qué vez
como forma de lavado de cerebro por parte de los hijos para evitar una sentencia
mayor por parte de sus madres a la hora de reprobar.
El objetivo de este escrito es
más qué nada darte gracias por estar ahí cuando te necesito y cuando no
también.
Pienso qué a veces ustedes (Papá
y tu) creen qué me pasó por el arco del triunfo todo lo qué me dicen, pero no
es así, debes de saber qué si los escucho, qué no les haga caso es otra cosa,
pero no es porque sea una forma de decir qué no se hará su voluntad, si no
porque es una forma de decirles qué me dejen tropezar, aprender; todo esto
tiene su raíz a lo qué ustedes me enseñaron, como me educaron, tu y el vago de
mi padre me enseñaron a ser independiente en la gran mayoría de las cosas en
estos últimos años, desde qué me sacaron de la Liceo. No se si ustedes lo
vieron así, pero yo si.
Esto no significa qué no les hare
caso, claro qué lo hare, pero cuando sea necesario, observa a tus tres hijos más chicos y compáralos
conmigo y con Cecilia, ¿Hay gran diferencia verdad? ¡Claro! Pues a ellos tu les
tienes qué enseñar lo mismo qué Ceci y yo hemos aprendido. Debes de confiar en
ellos, es algo qué he notado, y más con Roberto, enséñale qué el puede, qué no
necesita de mis hermanos y de mi para hacer las cosas.
Me siento orgulloso de tenerte a
ti y a mi vago padre como padres, es curioso, porque aunque tengo un gran
choque de ideas con este hombre, se qué no lo hace con un mal, pero si es
necesario qué les diga qué ya me enseñaron todo lo qué ustedes podían, y no
porque desestime sus capacidades como padres de familia, si no porque ya tome
lo mejor de ustedes, y solo lo adapto y adaptare a las situaciones qué la vida
me ponga como obstáculos y retos.
Y bueno como despedida y
compromiso social del día ¡Felicidades Madre!
Te quiere tu hijo primero:
Agustín.