Todas
las historias que se acostumbran a leer sobre el amor juvenil, o el de la etapa
de un joven-adulto de las personas son lo mismo cuando lo describe los sujetos
que lo viven, pero pocas veces se ponen a contarlo como si fuesen espectadores.
Eso lo hace ver diferente.
No
recuerdo el día exacto en que la conocí, tampoco recuerdo como vestía ese día o
como se había peinado, no era alguien importante en ese momento, yo solo tenía
ojos para mí. Asistíamos juntos al 3er semestre en el bachilleres 6, mismo
grupo y capacitación, las pocas imágenes de ese semestre que no lejano, si
distante de mi realidad se centraban en mis placeres.
Cierto
momento ella capto mi atención, que hizo no lo sé, solo recuerdo la primer
vista de ella en laboratorio de química con un grupo de personas a cuales ella
opaco. Sonrisa extraña, no era dirigida a mí pero me cautivo en ese momento,
trampa mortal si lo quieren llamar así porque ha pasado tanto tiempo desde ese
suceso y sigo encantado por ella. Desplazo a una mujer que me encantaba, lo
hizo lentamente, no aviso, solo se metió su rostro en algún hueco de mi corazón
y como una brindadora de vida empezó a dejar una nueva primavera en mi alma que
no tiene fin.
Lo
que le sigue a ese momento solo fue el típico acercamiento de alguien a otra
persona para saber si tenía una oportunidad o no, resumido solo fueron algunos
momentos graciosos de mis pocas habilidades como pretendiente y dos amigos cómplices
de esos momentos.
La
inseguridad se reflejó con el invierno de aquel año, la extrañaba, pero no
solamente a ella, ya que no era la única que me ocupaba la mente porque
"manzanita" (chica anterior a ella) aun aparecía en mi probable
destino de esas fechas. Fue difícil pero tomaba un lugar importante aun siendo
muy desconocida por mí.
Ella
empezó a tomar forma en las noches, no en sueños eróticos, tampoco en sueños
donde estábamos tomados de la mano, solo aparecía su imagen haciéndome alegres
las noches, sin embargo despierto "manzanita" me hacía cuestionarme
ya que ella representaba el deseo, la tentación, mientras que ella era
sentimientos con un ligero toque de paciencia que no conocía.
Las
desveladas se convertían en discusiones extensas entre si una o la otra, eran
distintas pero me atraían de igual forma.
Mentiría
si escribiese aquí que elegir a una de ellas fue difícil, no solo lo deje a mis
intereses, sé que no tiene sentido pero así fue, solo puse en balanza lo que
"ofrecerían" cualquiera de ellas a mi persona y así la escogí. Me
equivoque en lo que espere de ella, por mucho, no tarde en darme cuenta que la quería
demasiado, fue muy rápido, la forma en que ella me dejo fuera de combate, no
planeaba enamorarme, no quería. Pero sus besos eran más que el aire, sus
abrazos eran más que las tristezas que me pesaban en la espalda, sus abrazos me
mantenían con firmeza. Me dejo volar sin separar los pies de la tierra, pero
sin aviso me quito la tierra y yo caí.
Su
ausencia me mataba, mi casa y trabajo se volvió un callejón sin salida, estaba
desesperado por dentro, no me había sentido tan solo, busque huir de mí negando
lo que sentía con la razón, me mentía, trataba de llenar mi soledad con
caprichos.
Solo
aceptaba extrañarla en los días, en las noches solo la amaba y la hacía volver
a mí con la imagen perfecta de su cuerpo, pero me volví tan cobarde que solo la
perseguía en los sueños para después solo verla en la realidad, en aquella
intimidad que formaba la distancia conmigo.
Me
avergüenzo de mis acciones, de lo que me volví, pero gracias a esa vergüenza me
di cuenta de que la amo, como decírselo es lo difícil, ese sentimiento hacia
ella me hace tomar la fuerza para acércame, pero es empezar de nuevo, es volver
a conocerla, es demostrarle que puedo ser lo mejor para ella, que la puedo
hacer feliz.
No,
aquí no hay final feliz, tampoco es triste, eso que llaman borrón y cuenta
nueva lo aplico. Solo quiero estar con ella, que sepa que me tiene, no pido más.
Si
se lo preguntan no estoy aferrada a ella, porque así como llego sé que puede
estar otra persona en cualquier momento, el detalle está en que no ha estado
alguien capaz de hacerme sentir como ella, que me haga tartamudear, estremecer,
sonreír, llorar sin que haga nada ella por querer obtener estos sentimientos
por mi parte, ella solo los obtuvo sin nada a cambio, y nadie lo ha replicado
hasta ahora.
Su
nombre es Diana y al final queda decir que se equivocó al cazar y me hirió el corazón
haciéndolo suyo.